El autógrafo de Pappo






Esta es una historia, de algo que paso hace muchos años. Cuando todavía era un adolescente. Es una anécdota de la vez que vino Pappo a tocar a Jujuy, mi provincia.
Había escrito este texto, años después del recital.
Tratando de guardar este recuerdo para siempre.
Fue en el año 2003, en mi opinión eran buenos tiempos para el rock, cuando las bandas no necesitaban el auspicio de ningún gobierno para salir a tocar por el interior. Los Redondos ya no estaban, pero muchas bandas aparecieron e hicieron que no se los extrañara tanto.
En los colegios el rock estaba en cada mochila, carpeta y remera. También recuerdo que por aquellos días había canales como Much Músic o MTV que dentro de todo le daban un poco de difusión a las bandas.
Había algunas radios que uno las enganchaba y se podía escuchar rock.
Un año después paso la tragedia de Cromagnon, cambio todo y le hizo un daño irreparable al rock en Argentina.

Como decía era una buena época, en el sentido de que las bandas giraban por el interior. En mi provincia, casi siempre tocaban en un boliche llamado Akropolis. En este lugar tocaron: Las Pelotas, Bersuit, Los Piojos, A77aque, Los Ratones Paranoicos, Intoxicados y tantas otras bandas que andaban en un buen momento. Hasta que un día escucho la propaganda en una radio, sonaba "Blues local" como cortina y un locutor con una voz grave decía "Pappo blues en Jujuy", primero me emocioné, ya que por esos días me reventaba los oídos escuchando Pappo y Amigos, ese increíble disco doble en el que tocaban clásicos de Pappo, los mejores de nuestro rock de por aquel entonces: Juanse, Ciro, Pity, Adrián Otero, Vicentico, Calamaro, Iorio, Chizzo.



Mi siguiente reacción fue de preocupación porque tenía que conseguir la guita para la entrada, no me acuerdo bien, pero creo que estaba unos 30 mangos.
En mi casa andábamos ajustados y en mis bolsillos entre otras cosas había: Agujeros, un preservativo a días de vencerse y mugre, así que treinta mangos aunque no lo crean era una fortuna. Tenía unos 17 años, todavía iba a la secundaria, así que no tenia ningún ingreso.
Con un compañero de curso que también escuchaba Pappo pensamos "¿Como mierda conseguimos la plata? De una vamos y nos colamos". Me decía, yo hacía eso en los partidos de fútbol, pero en un boliche me parecía muy complicado, así que hable con un amigo de mi barrio que trabajaba en un lavadero y hablo con su jefe para que vaya un par de días, creo que fue mi primer trabajo, le dijo que yo tenía experiencia y que trabajaba bien. Lo cual era mentira.
Con algo de vergüenza hacia lo mejor que podía el laburo, aguantaba a los tacheros que eran unos soretes que se ponían atrás tuyo y te apuraban, soportaba a las viejas que te miraban como diciendo "Pobre, chico", una amiga que pasaba por ahí no me saludo y no sé qué más, creo que por los dos días me pagaron unos 50 pesos o algo así. Compre mi entrada que venía con una consumición, y con lo que me quedo le pague a un vago de mi barrio para que me pasara en un cassette algunos clásicos de Pappo.
El sábado estaba anunciado el show tipo doce de la noche, temprano me fui jugar al futbol, después me fui a hacer una siesta, me desperté como a las diez, cene con mi viejo, me pegue una ducha, me puse mi cadena de La Virgen de Río Blanco, me puse mi remera de recitales, que era roja con la cara del Indio Solari, me puse mi viejo jean y unas Topper que estaban pidiendo a gritos jubilarse.
Varios amigos míos por uno que otro contratiempo no pudieron ir.
En realidad, porque no tenían una moneda.
Así que termine yendo sólo al recital, esto admito era algo que me encantaba, años después, ya con trabajo solía viajar a Córdoba, Tucumán, Bs. As.
O a cualquier otro lugar donde estuviera alguna de mis bandas favoritas.
Siempre conocía gente con la que compartía ciertas locuras, además del amor por el rock, esas son mil historias merecen ser contadas alguna vez.
Algún día.
El boliche estaba como a unos treinta minutos a pie, llegue tipo doce de la noche.
Ni bien ingrese al lugar, fui a buscar la consumición que venía con la entrada, me senté en la barra mientras veía como llegaba la gente y despacio me vacíe la cerveza. No había tanta gente, como hubiera pensado, tal vez doscientas personas, tal vez menos, aunque hoy seguramente habrá varios que dirán que estuvieron ahí y la cifra subirá hasta los mil y pico.
Me encontré con un amigo de un amigo que iba al mismo colegio, que estaba con un grupo de amigos, tenían su propia banda rock, que hacían cover de los Rolling Stone. Afortunadamente ellos si tenían plata y traían cervezas tras cerveza y si bien no me puse en pedo, si estaba bastante alegre.
Algo que siempre me gusto de los recitales en los boliches era que antes del show ponían música, me acuerdo bailando, saltando cuando pasaban algo de Los Redondos o Los Piojos, igual con lo alegre que estaba, también disfrutaba de otras bandas que no me gustaban tanto. Pero lo mejor era cuando sonaban algo de Pappo "Yo era un hombre bien, tenía perro y mujer y un dia me encontré con la botella de escoces, tome demasiado, tome demasiado, ¡oh, yeah!". Cantaba el Carpo y nosotros enloquecíamos.
Después no me acuerdo en qué momento apareció la banda y yo que por aquel entonces era más chico y me la bancaba, me metía en el medio del pogo, no me había percatado de que el público que estaba adelante eran unos gordos motoqueros que metían miedo, así que yo me sentía una sardina en un estanque de tiburones, no sé dónde andaban los otros muchachos, pero yo estaba ahí adelante, a metros de Norberto. Emocionado. Sin poder creer de tenerlo tan cerca.
Los temas que toco no los recuerdo diría que fueron: El viejo, El hombre suburbano, Fiesta cervezal, El tren de las 16, Siempre es lo mismo,nena. Aunque no lo puedo asegurar, si puedo asegurar que cerró el show con Ruta 66, tema que cante como un desaforado, que me dejo sin voz y con dolor de cabeza.
Durante el show, Pappo no dijo nada. Se dedicó a tocar, no fue un show largo tal vez menos de diez temas, no se sí se habrá embolado de que había poca gente o qué, pero esos pocos temas valieron cualquier sufrimiento previo.
 Lo veía cerrar los ojos y darle a la viola como sólo él sabía, a mí se me piantaba un lagrimón, mientras trataba de respirar metido en el medio de aquellos gigantes.
Como decía, el show término con Ruta 66 y muchos se quedaron esperando los bises, pero yo había visto la cara de Pappo y supe que no iba a volver.
Tenía ganas de irme a mi casa rápido, estaba afónico, todo transpirado, mi zapatilla se había abierto, tenía hambre y sin una moneda ni para el colectivo, así que tenía volver a gamba.
Mientras salía del boliche que estaba rodeado por unos ligustros que rodeaban el estacionamiento, me quede quieto y veo una combi blanca, por alguna especie de inercia mi cuerpo se mandó por donde salían los autos y me meti por el estacionamiento, no había un alma, veo una puerta y me acerque.
Caminando despacito llego hasta una puerta blanca despintada, estaba apenas abierta y escucho voces, me acercó y la empujo.
¿Quién es el que está parado a sólo unos metros?
Norberto Aníbal Napolitano, más conocido como Pappo y apodado "El Carpo".
En la emoción, me meto cuando choco con la busarda de uno de seguridad, "No podes entrar" me dice y empieza a empujarme a la salida. Lo veo a Pappo que toma de un vaso.
—¡Pappo! ¡Un autógrafo! —le grito con un hilito de voz, pero no me escucha —. ¡Carpo! ¡Carpo! ¡Un autógrafo!
Entonces se da vuelta y me mira.
—Déjalo entrar. ¡Veni, pasa! —dice el Carpo con su conocido vozarrón—. ¿Tenes lapicera?
Yo niego con la cabeza, entonces Pappo pide una lapicera que se la da el mismo vago de seguridad.
—¿Dónde te firmo? —me pregunta y como era de esperarse no tenía un puto papel, pero antes de decir nada, meto la mano en mi jean y saco el documento, lo abro y le digo "fírmame el documento"
El carpo sonríe y me lo firma, le doy un abrazo y me voy, mientras veo como se cierra la puerta, veo al Carpo entrarle a un vaso con lo que yo creo era fernet. Segundos después la puerta se vuelve abrir, Pappo sube rápidamente a la combi y yo le pido la firma a otros miembros de la banda Nico y Robinson.
Hoy puteo diciendo como no tenía una puta cámara, no me acuerdo si por esos días ya había celulares con cámara… ¡bah! Si no tenía ni para la entrada, menos iba a tener para un celular.
Veo como la combi se va, mientras llegan unos pibes con remeras de Pappo.
Yo empiezo el regreso a mi casa, todavía cansado y sin creer lo que me había pasado.
En mi cama, después de una ducha, recuerdo una y otra vez ese pequeño momento, tal vez treinta segundos. Una y otra vez, como tratando de grabarlo en mi memoria para siempre.




Seguro varios dirán “¡Es un puto papel, con un garabato!” Entonces tendría que explicarles que es la pasión o incluso el amor.
No creo que pueda, tendría que explicarle entonces lo que es ver el gol de Diego a los ingleses y porque uno se sigue emocionando.
La admiración que tiene alguien por una banda o un artista es algo inexplicable.
Tiempo después salió “Buscando un amor”, un discazo que tenía en la tapa a un Pappo-niño-cupido.
Tiempo después recuerdo a mi hermano entrando a mi cuarto.
—No sabes lo que paso —me dijo con un tono triste que me hizo sentir un escalofrío. Recuerdo caer al suelo arrodillado y empezar a llorar, recuerdo a mi viejo que es un amante del folklore, llorar conmigo y mi hermano.
 











Comentarios

Entradas populares de este blog

Iniciativa: Seamos Seguidores

Un astronauta y una bruja - Relato

El caballero, el brujo y la princesa