Aquel cielo celoso
Había empezado a llover, yo
buscaba una estrella en el cielo. Esa que siempre me guiaba hasta tu
habitación. Miraba millones de gotas brillar e interponerse en mí búsqueda.
En una pequeña ciudad al norte,
miraba la lluvia y te buscaba. Estabas tan cerca.
Tan cerca.
Millones de gotas brillaban con las luces de la calle, y tu nombre se dibujaba frente a mí.
Tan cerca.
Millones de gotas brillaban con las luces de la calle, y tu nombre se dibujaba frente a mí.
Aquel cielo celoso te
quería ocultar, pero mi corazón te encontraba siempre. Aun con la lluvia y los
relámpagos. Aún si hubiera sido el fin del mundo y todo se hubiera inundado.
Mi
corazón siempre te encontraba.
La lluvia y el amor, ¿por qué se parecen tanto? Quizá porque ambos se componen de millones de gotas, instantes, recuerdos que empapan el cuerpo y el alma, porque con su ritmo, como también el ritmo de tu poema, atrapan hipnoticamente nuestros sueños y, sobre todo, porque el agua y el amor son el origen de la vida.
ResponderEliminarGracias por pasar. Saque esa foto desde mi ventana un dia que llovia y salio este pequeño texto. La lluvia siempre inspira.
ResponderEliminarBuenísimo escrito, Fernando.
ResponderEliminarMuy inspirado.
Te invito amigo, a, https://castillomágicode poetas.ning.com
Sería fantástico que te agregaras.
Que tengas muy buena tarde ✏
Gracias! Voy a darme una vuelta por tu blog.
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